En un mundo marcado por la creciente urbanización, las áreas rurales y agrícolas juegan, a partir de recursos naturales específicos (agua, suelo, subsuelo, biodiversidad), un papel clave para la producción de bienes agrícolas, alimenticios y energéticos. De igual manera, son áreas muy importantes para vivienda, recreación, turismo o patrimonio, así como para el medio ambiente en general.
Ya sea en Europa o en América Latina, estas funciones de las áreas rurales involucran a una amplia variedad de actores, cuya relación con las áreas rurales así como sus capacidades para acceder a recursos e inversiones, a menudo resulta ser muy diferente. Estas asimetrías y desigualdades pueden ser el origen de tensiones importantes inclusive dentro de los territorios. Este es particularmente el caso en las zonas andinas, semiáridas y en los espacios de frontera agrícola, que están experimentando cambios profundos donde se generan múltiples presiones. El desarrollo sostenible de las áreas rurales, esencial para su sostenibilidad y habitabilidad, implica inevitablemente la implementación de procesos democráticos de gestión integrada que permitan combinar la conservación, la competitividad económica y el acceso a los recursos, aceptados por el conjunto de actores. El objetivo de este coloquio será mostrar cómo la articulación entre estos tres elementos es una de las claves de la sostenibilidad y de la democracia.