Durante los últimos cuatro años, he tenido el honor de presidir la Fundación EU-LAC, una responsabilidad que asumí en un momento crítico debido a la pandemia. Desde entonces, he trabajado de manera altruista junto a Adrián Bonilla y un equipo técnico excepcional para fortalecer las relaciones entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe. A pesar de las dificultades impuestas por la crisis sanitaria, logramos reorientar estratégicamente nuestras actividades y generar espacios de diálogo e intercambio fundamentales.

El balance de estos años es sin duda positivo. La pandemia no nos detuvo; por el contrario, nos obligó a adaptarnos y a encontrar nuevas formas de interacción. Durante este tiempo, hemos conseguido que varios países ratificaran el Acuerdo Constitutivo de la Fundación, lo cual ha sido un paso crucial para consolidarnos como un organismo internacional sólido. Este compromiso se ha reflejado también en el apoyo financiero y humano recibido, lo cual ha sido vital para mantener nuestras actividades.

Uno de los mayores logros ha sido la capacidad de multiplicar el número de actividades y alianzas. Hemos ampliado nuestro alcance a nuevas organizaciones y sectores, y hemos fortalecido redes a través de policy briefs, publicaciones y acciones de comunicación. La colaboración con universidades, la sociedad civil y otros organismos internacionales ha sido clave para este éxito. Las alianzas han mostrado ser esenciales, permitiéndonos responder de manera conjunta a los retos comunes y complejos que enfrentan nuestras regiones.

Un ejemplo de ello es la Red Internacional de Mujeres EU-LAC (EU-LAC WIN), creada en noviembre de 2021. La Red ha organizado junto a instituciones aliadas ciclos de diálogos interregionales sobre acción climática y género; así como sobre sistemas integrales de cuidados. En este aspecto, uno de las principales metas en el futuro cercano es implementar la Hoja de Ruta para el Pacto Birregional por los Cuidados.

La colaboración con los miembros del Consejo Directivo ha sido igualmente destacable. El apoyo constante de las copresidencias de la CELAC y la UE, así como de las y los embajadores(as) y miembros del Consejo, ha sido fundamental. Quiero destacar especialmente el acompañamiento del  Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad / Vicepresidente de la Comisión, Josep Borrell, quien siempre ha confiado en el trabajo de la Fundación. Finalmente, quiero agradecer profundamente al equipo técnico de la Fundación. Su dedicación y talento han sido la base de todos nuestros logros. Han trabajado incansablemente con recursos limitados, demostrando un compromiso ejemplar.

La Fundación EU-LAC está preparada para enfrentar nuevos retos y seguir contribuyendo al estrechamiento de las relaciones birregionales. La última Cumbre en Bruselas, un espaldarazo al estrechamiento de las relaciones birregionales, ha marcado el inicio de una nueva etapa y nos ha abierto nuevas oportunidades y retos. En ese contexto, la Fundación debe y puede jugar un papel relevante. La organización tiene todavía mucha más capacidad para dar seguimiento al proceso entre Cumbres, ayudar a implementar los acuerdos, y catalizar dichos pactos con otras organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales.

De cara la próxima Cumbre UE-CELAC en Colombia, debemos mantener el impulso a los nexos birregionales, así como seguir trabajando para implementar los acuerdos alcanzados y para que el encuentro de frutos concretos y adopte instrumentos de cooperación adecuados. Ello permitirá lograr que la transición verde y la digital sean justas y que se siga apostando por el estrechamiento de las relaciones birregionales.

Ahora, mientras me despido de mi mandato, estoy segura de que la Fundación EU-LAC continuará prosperando y enfrentando con éxito los desafíos futuros, siempre con el objetivo de fortalecer la alianza entre Europa y América Latina y el Caribe.
 

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