América Latina, el Caribe, Europa Central y del Este: Luces y sombras de una relación amistosa pero lejana

 

La relación entre América Latina, el Caribe y los países de Europa Central y del Este se ha incrementado en los últimos años, pero sigue muy por debajo del potencial de intercambio deseable entre regiones que comparten valores, experiencias políticas y persiguen el crecimiento para limar desigualdades sociales.

Esa es la conclusión de estudio “América Latina, el Caribe y Europa Central y Oriental: Potencial para el intercambio económico” presentado el 12 de mayo en Varsovia, presentación a la que siguió, el día 13, un seminario en el que se analizaron las posibilidades de una cooperación que, a juicio de la presidenta de la Fundación, Benita Ferrero-Waldner, debería ser “estratégica”.

“Hay países en Europa que no perciben el fascinante dinamismo que vive América Latina y los beneficios económicos y políticos que se derivarían de una relación más estrecha”, lamentó Ferrero-Waldner, para quien esa falta de interés es, en la mayoría de los casos, fruto del desconocimiento.

Destacó en ese sentido que los países emergentes de América Latina ya han emergido, que el avance de las clases medias latinoamericanas abre la oportunidad de expandir el modelo del bienestar social europeo y que las naciones que antes sólo exportaban importan ahora, convirtiéndose así en nuevos mercados.

“En América Latina y Caribe se están abriendo muchas posibilidades, aprovéchenlas porque la alianza entre Europa y América Latina y Caribe es natural”, insistió Ferrero-Waldner ante los expertos, académicos, diplomáticos y emprendedores que asistieron al seminario, entre ellos el director general de Inglot Cosmetics, Zbigniew.

Según el citado estudio,  el intercambio comercial entre ambas subregiones se multiplicó por cinco en 2012 respecto de 2000, hasta alcanzar 13.620 millones de dólares, una cifra “muy baja” en el contexto global y que una vez desglosada arroja datos naciones insignificantes.

En el caso de Brasil, su comercio con Europa Central y del Este raspó el 1,03 por ciento de su total en 2000-12, y mientras que el Polonia con América Latina y Caribe representó el 1,08 por ciento.

“Las relaciones con América Latina y Caribe son amistosas pero lejanas”, constató el director del Instituto polaco  de Relaciones Internacionales (PISM), Marcin Zaborowski y agregó el desinterés por esa relación es “mutuo” como demuestra la escasez de visitas de mandatarios latinoamericanos a Europa Central y del Este y viceversa.

América Latina debe resolver algunos problemas para poder actuar en bloque

El presidente del Centro para las Relaciones Exteriores de Brasil (CEBRI), Luíz Augusto de Castro Neves  opinó que las relaciones con América Latina y Caribe no podrán medirse en términos globales mientras la región no resuelva los problemas que le impiden actuar de forma activa como bloque.

“América Latina y Caribe no es una región homogénea y no acuerdo sobre cómo integrar la región en un mercado global. Cada país tiene una agenda aunque China esté en la de todos”, argumentó.

El diplomático y docente Alberto van Klaveren Stork, del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Chile coincidió en que la principal barrera de América Latina y Caribe es su “heterogeneidad y su forma de entender los procesos de integración, distinta a la europea”.

Citó como ejemplo a MERCOSUR, un bloque comercial que actúa como grupo político, como demuestra el hecho de que “la entrada de Venezuela o Bolivia no modificara en lo fundamental las condiciones de mercado”.

“En términos de integración, América Latina y Caribe, con la gran apuesta que supone la Alianza del Pacífico, que si aspira a bloque comercial, se parece más a la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN)”, sostuvo Stork y añadió: “Hace vente años América Latina miraba a la Unión Europea, hoy mira a Asia”.

Desmantelar burocracia y abaratar costos

Loa autores del estudio dedica un capítulo a las inversiones directas entre ambas regiones y sostienen que éstas se encuentra  “en de exploración y con enormes potencialidades para su crecimiento y desarrollo”.

Ese potencial ya está siendo explorado por empresas latinoamericanas como las mexicanas CEMEX, constructora con mas de 800 empleados en Hungría, o NEMK, líder mundial en producción de inyecciones de aluminio y con plantas en R. Checa, Polonia y Hungría.

En dirección inversa, el informe cita a la química polaca Selena, con un centro de producción en Panamá, la farmacéutica húngara Richter Gedeon, la rumana Astra Asigurari, la eslovena Hidria Perles y KGHM Polska Miedz, con una inversión en Chile en 2012 de 3.000 millones de dólares.

Pese a los ejemplos mencionados en el estudio, sus autores insisten en la necesidad de estimular el intercambio económico entre ambas regiones y en aprovechar todo su potencial con iniciativas que permitan desmantelar burocracia y abaratar costos.

“La actualización de Acuerdos de Asociación entre la UE y ALC, la firma de nuevos y el re-inicio de negociaciones es una oportunidad para disolver la gran mayoría de los obstáculos que frenan el intercambio económico. La liberalización de comercio es esencial para potenciar los encadenamientos productivos de las grandes empresas y facilitar los intercambios entre PyMEs”, recomiendan.

El estudio fue realizado a iniciativa y con la financiación de la Fundación EU-LAC por las instituciones CiDOB, IWE y ECSA , a las que se sumaron investigadores del PISM.