Las relaciones Unión Europea – América Latina y el Caribe: una agenda renovada y un programa para la recuperación en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

El curso de verano “Las relaciones Unión Europea-América Latina y el Caribe: una agenda renovada y un programa para la recuperación en el marco de los ODS”, implementado en colaboración entre la Fundación Yuste y la Fundación EU-LAC, con la colaboración de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), la Fundación Euroamérica y la Universidad de Extremadura, en la semana del 19 al 23 de julio de 2021, se impartió en formato virtual, y partió del entendimiento de que, ya antes de la pandemia, la región de América Latina y el Caribe registraba su menor periodo de crecimiento económico de las últimas siete décadas, tras años de crecimiento de la economía a tasas elevadas.

El curso se organizó en el marco de la Conferencia sobre el Futuro de Europa promovida por las Instituciones Europeas, y estuvo dirigido por Adrián Bonilla, Director Ejecutivo de la Fundación EU-LAC y Rebeca Grynspan, Secretaria General de la Secretaría General Iberoaméricana (SEGIB). Fue coordinado por Miguel Ángel Martín Ramos, responsable de Asuntos Europeos y delegado de la Fundación Yuste en Bruselas, y Lorena Chano Regaña, profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Extremadura, quienes ejercieron como secretarios y moderadores del curso.

El curso de verano se dedicó a analizar la situación actual y buscar respuestas a los desafíos a los que se enfrenta la región en el marco de la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Se exploraron posibles opciones para trabajar en políticas y programas para la recuperación de América Latina y el Caribe, y se examinaron opciones para desarrollar una agenda renovada en las relaciones birregionales entre la Unión Europea (UE) y América Latina y el Caribe (ALC) que contribuya a procesar estos desafíos comunes, teniendo además en cuenta la apuesta para un multilateralismo fortalecido e iniciativas para mitigar el cambio climático y optar por la digitalización como posibles instrumentos válidos para la gestión de los problemas globales.